Por Gabriela Gallardo Mládosich
Me apasionan los descubrimientos y disfruto enormemente la sensación de anticipación que experimento en el vestíbulo de un museo. Me he propuesto hacerles una visita a todos los museos del área metropolitana y mi más reciente hallazgo ha sido el Salón de la Flama (Hall of Flame). A pesar de haberse establecido en Phoenix en 1974, muchas personas todavía desconocen su existencia. Verdaderamente es un lugar digno de visitarse.
El Salón de la Flama fue fundado por iniciativa de George F. Getz, a quien su esposa obsequió un camión de bomberos una Navidad; quedó tan fascinado con el regalo, que continuó coleccionando vehículos y otros artefactos de bomberos. Esta colección fue creciendo con los años y para 1961 se exhibía en un pequeño museo en Wisconsin; la familia Getz se mudó a Arizona en 1970 y entonces decidieron -para nuestra buena fortuna- traer el museo a Phoenix.
¿Qué objetivos persigue el Salón de la Flama?
En primer lugar, la preservación y exhibición de objetos relacionados a la historia y honorable legado de los bomberos; en segundo, educar al público en el tema de la seguridad y la prevención de incendios; por último, otorgar un reconocimiento al heroísmo de los bomberos, muchos de ellos muertos en el cumplimiento de su deber.
¿Qué encontrarás en el Salón de la Flama?
En sus cinco galerías se hallan más de 130 vehículos utilizados desde el siglo XVIII hasta la época contemporánea, además de vistosos carros diseñados exclusivamente para su exhibición en desfiles. Se pueden apreciar a detalle diversos instrumentos y herramientas, pequeños enseres, insignias y equipos empleados por los bomberos en distintos tiempos y lugares. En sus muros se admiran interesantes litografías y antiguas pólizas de seguro contra incendios. El museo cuenta también con una sala especialmente dedicada a describir, honrar y reconocer a los bomberos como héroes nacionales; un espacio dedicado a instruir al público acerca de los incendios forestales, y un área enfocada a la educación en la seguridad, que es muy atractiva para los niños. Mención especial merecen los voluntarios que donan su tiempo y talento para la operación, limpieza y orden del Salón de la Flama, así como el personal que amablemente respondió a todas nuestras preguntas proveyendo información adicional acerca de las exhibiciones.
¿Cuál es la enseñanza que aporta el Salón de la Flama?
Su asombrosa colección no es solamente ilustrativa desde el punto de vista histórico y tecnológico; es además un magnífico medio para sensibilizar al visitante ante un rasgo íntimamente humano y presente en todos los bomberos: el espíritu de sacrificio. En este sentido, el valor del Salón de la Flama trasciende a los objetos que exhibe. Nos ayuda a apreciar la abnegación y generosidad de los bomberos, en todo el mundo y en todas las épocas, dando paso a la admiración y a la gratitud. Es, sin ninguna duda, un sitio en donde se aprende mucho. No dejes pasar la oportunidad de visitarlo.
El Salón de la Flama se localiza en Phoenix, muy cerca de los límites con la ciudad de Tempe, prácticamente adyacente al Zoológico de Phoenix. Su dirección es 6101 East Van Buren Street y es fácilmente accesible por la autopista 202 (Red Mountain) o por la calle McDowell. Permanece abierto de lunes a sábado, de las 9 a. m. a las 5 p. m., y los domingos de las 12:00 p. m. a las 4 p. m. La cuota de admisión es de $10.00 para los adultos, $8.00 para visitantes mayores de 62 años, $8.00 para los estudiantes (de entre 6 y 17 años) y $4.00 para niños de entre 3 y 5 años. Los niños menores de 3 años no pagan admisión.
Para mayor información llama al teléfono (602) 275-3473 o visita su página web en http://www.hallofflame.org/index.htm
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