Por Gabriela Gallardo Mládosich
Asistí en la ciudad de Chandler a el Festival del Avestruz en su 31ª edición. Si te preguntas por qué un festival en el corazón de Arizona lleva el nombre de una exótica ave nativa de África, te será interesante conocer un poco de su historia. Hace más de 100 años, el Dr. Alexander J. Chandler, fundador de la ciudad, decidió traer algunas de estas aves a la región después de haberlas admirado en una exposición en Chicago. El Dr. Chandler y algunos otros iniciaron una tradición de ranchos de avestruces que tuvo su auge y declive antes de la Primera Guerra Mundial. Después de algunas décadas de ausencia, la tradición volvió a surgir y en 1989 se realizó el primer festival de los avestruces convirtiéndose desde entonces en uno de los eventos más esperados del valle.
Este año más de 300,000 personas acudieron al parque Tumbleweed para pasear en los juegos mecánicos, apreciar distintas expresiones de artes y manualidades, y para divertirse en las tradicionales atracciones de feria. Hubo también un espectáculo de ciclistas acróbatas, pinta-caritas, carreras de cerdos y de perros, un zoológico de pequeños animales que los niños podían acariciar y alimentar, una exhibición de reptiles y de aves, una carpa con juegos científicos, muchos juegos inflables y por supuesto deliciosa comida para satisfacer cualquier antojo.
No podían faltar los avestruces, que atrajeron una gran cantidad de visitantes, especialmente niños: miles de pequeños rostros sonrientes siguieron con asombro y atención los movimientos de estas enormes y curiosas aves. Merecen mención especial los conciertos de música viva que contaron con el talento de artistas locales y nacionales; entre estos últimos, Flo Rida, Andy Grammer y los legendarios Commodores.
¿Qué si vale la pena ir? En nuestra opinión, sí, por su excelente organización y logística, lo que evidencia un trabajo de coordinación titánico; muestra de ello fue el apoyo del departamento de policía de la ciudad al dirigir de manera segura, eficiente y efectiva el tráfico que genera un espectáculo de esta magnitud. Siendo un evento cien por ciento familiar, fue agradable comprobar que esta fiesta ofrece entretenimiento sano y accesible para todas las edades y para todos los gustos. No ha de causar extrañeza entonces que se haya convertido en uno de los favoritos del público. Si no has tenido la oportunidad de asistir, vale la pena que lo consideres como una opción para tu familia o grupo de amigos el próximo año. Será una magnífica manera de construir recuerdos ¡No te lo pierdas en marzo del próximo año!
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